sábado, 26 de noviembre de 2011

Tinta a la Carta I: Desayuno en tres tiempos

~Entrada~
Cartas de Sam a Jennifer
(James Patterson)
Estaba a punto de dejar caer la bolsa en el tocador, cuando vi que ya estaba lleno.
¿Qué era aquello?
Había docenas de paquetes de sobres, cerca de cien en total, tal vez más. Cada uno estaba numerado y dirigido a mí.
El corazón empezó a latirme con fuerza mientras hacía conjeturas sobre lo que serían aquellas cartas. Por años le había pedido a Sam que me contara su historia. Quería conocerla y guardarla para que algún día mis propios hijos la oyeran. Y ahí estaba. ¿Habría sabido lo que iba a pasarle? ¿Se habría estado sintiendo mal?

~Plato Fuerte~
Mujercitas
(Louisa May Alcott)
Al cerrarse la puerta, una voz gritó desde la ventana.
—Niñas, ¿llevan los pañuelos bonitos?
—Sí, sí; los llevamos, y el de Meg huele a agua de colonia —contestó Jo riendo; y añadió mientras seguía su camino —Creo que mamá nos haría esa pregunta aunque estuviéramos huyendo de un terremoto.
—Es uno de sus gustos aristocráticos, y tiene razón, porque a una verdadera señora se le conoce siempre por el calzado limpio, los guantes y el pañuelo —respondió Meg, que también tenía los mismos gustos.

~Postre~
La chica de pueblo
(LaVyrle Spencer)
—Oye, dime algo. ¿Todavía tienes esas hemorragias nasales?
—No. ¿Tú todavía mandas cartas de amor anónimas y falsas a los muchachos que crees que se interesan en ti solo para verlos sufrir?
—Yo jamás te envié cartas de amor.
—Y yo jamás me interesé por ti. Te odiaba.


Con mis agradecimientos a Nea Poulain por la idea para el ciclo de entradas "Tinta a la Carta".

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