sábado, 4 de agosto de 2012

Tinta a la Carta XXXVI: Desayuno en tres tiempos

~Entrada~
El Vengador
(Frederick Forsyth)
Vintage Airplane no era una publicación de mucha circulación, y en Pennington, sólo podía recibirse por correo. Estaba dirigida a los aficionados a los aviones de la Segunda Guerra Mundial. El corredor buscó la pequeña sección de anuncios clasificados. Estaba a punto de beber el jugo cuando se detuvo, puso el vaso en la mesa y volvió a leer el anuncio.
BUSCO VENGADOR. OFERTA SERIA. SIN LÍMITE DE PRECIO. LLAME.
No había en el mercado ningún bombardero Grumman Avenger, también conocido como Vengador, de la Guerra del Pacífico. Esos aviones estaban en los museos. Alguien había descubierto la clave de contacto. Había un número. Tenía que tratarse de un teléfono portátil. Era el 13 de mayo de 2001.

~Plato Fuerte~
La Tormenta del Petrel
(Mary Stewart)
El sargento Fraser consultó un cuaderno de notas.
—Usted alquiló el bote Petrel de las Tormentas el quince de junio, propiedad de un hombre llamado Héctor McGillivray en la isla de Faarsay.
—Sí. ¿Y qué?
—Tenemos motivos para creer —continuó el sargento —que este bote está implicado en tráfico ilegal.
—¿Tráfico ilegal? —Ewen dio la impresión de haber sido tomado por sorpresa y luego rió —¿Quiere decir que el viejo Héctor ha estado pescando salmón ilícitamente otra vez?
El alguacil se encontraba sentado a la mesa de la cocina, tomando notas.
—No me refiero a pescar en época de veda —repuso el sargento —No. Eso no traería aquí a los de la aduana. Buscan drogas.

~Postre~
El Gemido del Viento
(Tony Hillerman)
—También tengo curiosidad por saber —insistió Louisa —cuándo me vas a contar de qué modo se relaciona esa vieja leyenda colonial de la tragedia de la mujer que se lamenta con la estafa de la mina de oro.
—Me enteré de la llamada de la Noche de brujas, conseguí el nombre de la persona que la hizo y fui a verla. Es una maestra de la escuela McGaffey. Me contó que unos chicos fueron a su casa esa Noche de brujas, unos alumnos suyos. Le comentaron que habían tomado un atajo por el fuerte y que habían oído unos gemidos horribles y espantosos y unos sonidos que parecían llantos. Ella decidió llamar al alguacil.

Con mis agradecimientos para Nea Poulain, por la idea para el ciclo de entradas "Tinta a la Carta"

No hay comentarios:

Publicar un comentario