miércoles, 17 de julio de 2013

Describiendo a... (LII)

Título: El Mago (en el idioma original, The Magician).

Autor: Michael Scott.

Sinopsis: Tras escapar de Ojai, Nicolas, Sophie, Josh y Scatty aparecen en París, el hogar del Alquimista y Perenelle, pero la vuelta no será tan dulce como desearían. Allí les estarán esperando nuevos enemigos, como Nicolás Maquiavelo, escritor inmortal que trabaja al servicio de los Inmemoriales y que está dispuesto a cualquier cosa por obtener el poder del Libro de Abraham el Mago. Mientras tanto, Perenelle se queda encerrada en Alcatraz y el tiempo corre en su contra [...]. (Extracto de la contraportada de mi ejemplar).

Editorial de mi ejemplar: Roca Editorial de Libros, S. L.

¿Qué les puedo decir? Segunda entrega de Los secretos del inmortal Nicolas Flamel, que como todos los ejemplares, fui comprando de uno por uno, donde los hallaba, todo porque Nea los sacó en sus Menús (Bell le manda un beso). Lo único que no me gusta es la fuente que usan para el resumen de la contraportada, es un poco... extravagante. Pero fuera de eso, ¿quién soy yo para despotricar contra quienes hacen las decoraciones de los libros? Eh... creo que el consumidor final, ¿verdad? (Bell ríe por lo bajo). Ya, me concentro.

La historia parte del punto en el cual se quedó la anterior: el Alquimista, Nicolas Flamel, ha usado una especie de portal para viajar de Estados Unidos a Francia; específicamente a París, su ciudad natal. Nicolas llega allí con Scathach y los mellizos Newman, Sophie y Josh. Lo primero que tienen qué hacer es buscar refugio, ya que han llegado sin documentos de identidad. Al mismo tiempo, John Dee, el villano de la primera parte, debe viajar de manera convencional hasta ellos, pero antes llama a un "camarada": nada más y nada menos que Nicolás Maquiavelo (sí, el autor de El Príncipe), un inmortal italiano que actualmente, es el jefe del Servicio Secreto de Francia. Entre los dos pretenden atrapar al pequeño grupo de fugitivos... vivos, aunque quizá no ilesos.

Por otra parte, Dee dejó a Perenelle Flamel encerrada en la antigua cárcel de Alcatraz, imposibilitada para escapar debido a guardias sobrenaturales; sin embargo, la ha subestimado y ella echa mano de ciertas facultades que normalmente mantiene ocultas para encontrar la manera de liberarse. Pero sabe que apenas tiene tiempo y desea reunirse con su esposo lo más pronto posible.

En esta entrega, el autor vuelve a recordarnos que el margen de tiempo en el cual sucede toda la acción es endiabladamente corto, solo un par de días, durante los cuales Dee y Maquiavelo harán de todo para conseguir lo que quieren, aunque eso implique destruir casi todo París. Por otro lado, Perenelle buscará la manera de dejar Alcatraz, aunque empieza a sospechar que la vieja prisión no solamente es usada para retenerla a ella... y necesita enterarse de qué se trata todo aquello.

Con semejante ritmo, y teniendo en cuenta a las personalidades que aparecen ya sea para ayudar a Flamel y los suyos como para querer matarlos, me sorprende que los mellizos Newman sigan cuerdos, en serio. Así, me lanzo de cabeza al siguiente episodio, La Hechicera, donde se supone que van a seguir descubriendo que lo que creían cierto quizá no lo sea y que la fantasía del mundo tal vez, solo tal vez, sea un secreto a voces de cosas más siniestras.

Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.

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