jueves, 1 de mayo de 2014

Describiendo a... (e-XX)

Título: Guardianes del Día (en el idioma original, Дневной дозор, romanizada como Dnevnoy Dozor)

Autor: Serguei Lukyanenko.

Sinopsis: [...] Varios asesinatos tienen en jaque a las dos Guardias, que se culpan mutuamente. Además, una joven bruja de las Tinieblas se ha enamorado sin saberlo de uno de sus enemigos. Y un curioso talismán, codiciado por todos, ha sido robado. (Extracto de la introducción).

Formato: Digital (epub).

¿Qué les puedo decir? La segunda entrega de los Guardianes del señor Lukyanenko no es precisamente relajada. Ni coherente. Bien me lo advirtió alguien por Twitter, que al leer Guardianes del Día terminó con una confusión monumental. Pero vamos por partes, no quiero dejarlos mal de la cabeza.

Como Guardianes de la Noche, esta entrega se divide en tres historias. En la primera, iniciamos viendo el inicio de un día de trabajo de Alisa Donnikova, bruja Tenebrosa que hizo breves apariciones en Guardianes de la Noche. Ese día en concreto es parte de una operación para recuperar a una Tenebrosa que está violando el pacto entre los de su bando y los Luminosos, y en el proceso se queda sin fuerza para hacer el más leve hechizo, como si de pronto dejara de ser Otra. Así, el jefe de la Guardia Diurna, Zavulón, la manda "de descanso" a donde pueda recuperarse: una especie de campamento lleno de niños y jóvenes a quienes extraerles (con moderación, claro) la energía de sus malos sentimientos. Pero allí se topará con un inconveniente que no esperaba.

En la segunda historia, vemos a un Tenebroso llegado a Moscú desde fuera, Vitali Rogoza, con la peculiaridad de que no tiene ningún recuerdo de quién era antes, ni de cómo vivía. Conforme el desconocido Tenebroso se mueve por Moscú, se ve envuelto en diversos sucesos que lo catalogan como sospechoso de romper el pacto, entre ellos el robo de un curioso artefacto de la misma sede de la Inquisición (organismo neutro que vela por el cumplimiento del pacto), aunque la verdad tras su poder y su falta de memoria es un poco más escalofriante.

Y en la tercera historia, nos sumergimos en el "antes" y el "durante" del juicio de un Luminoso que, durante un duelo, asesino a una Tenebrosa. Aquí, por decirlo de alguna forma, retomamos la primera historia, aunque tiene elementos de la segunda que ayudan a resolver cierto misterio que dejó Guardianes de la Noche. Al final, Luminosos y Tenebrosos del montón quedan como meros peones ante las elucubraciones que los jefes moscovitas, Hesser y Zavulón, elaboran para conseguir lo que quieren.

Les confieso que, mientras leía esta novela, hacía pocos comentarios por Twitter. Uno de ellos fue cuando anuncié que la empezaba, y fue cuando alguien me pidió que cuando acabara, "se lo explicara (el libro) porque hubo momentos en que me confundí" (palabras más, palabras menos). Y la comprendí. La segunda historia es la que más veces hizo que me preguntara "¿qué demonios se trae entre manos el autor?", sobre todo presentando algo que nada tenía de relación con la historia precedente, pero al pasar a la tercera historia, todo se hila (de manera un poco rara, advertidos quedan) y pues comprendemos un poco más... o al menos quedas menos confundido.

Así pues, pasaré enseguida a la tercera entrega, Guardianes del Crepúsculo, a ver con qué nueva intriga enrevesada sale el señor Lukyanenko. En serio, en cuanto a planes retorcidos, algunos de sus personajes son maestros. Ya quisiera yo poder... (Bell nota miradas asesinas en su persona por insinuar que le gustaría saber complicar más las tramas de sus fics, así que se calla).

Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.

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