sábado, 10 de mayo de 2014

Tinta a la Carta LVII: Almuerzo en cuatro tiempos

~Aperitivo~
Buenos Presagios
(Neil Gaiman y Terry Pratchett)
—No creo que te sea posible hacer el mal —se burló Crawly con sarcasmo. Azirafel no notó el tono.
—Espero que no —contestó —Vaya si lo espero. Llevo toda la tarde pensando en ello.
Se quedaron mirando la lluvia un rato.
—Pero lo mejor es —dijo Crawly —que yo también me pregunto si lo de la manzana no será lo bueno. Los demonios se pueden meter en un buen lío si hacen cosas buenas —le dio un suave empujón al ángel —¿Te imaginas que hubiéramos metido la pata los dos? ¿Que yo hubiera hecho lo bueno y tú lo malo?
—La verdad es que no —contestó Azirafel.
Crawly miró la lluvia.
—Ya —dijo, algo más tranquilo —ni yo.

~Entrada~
Reckless. Sombras vivientes
(Cornelia Funke)
—¡Prométemelo! —le susurró Jacob —Prométeme que jamás intentarás algo así. ¡Prométemelo!
—¡No!
—¿¡Qué!? ¿Piensas que quiero que mueras en mi lugar?
—Solo quería darte algo de tiempo.
—¡Estos anillos son peligrosos! ¡Cada segundo que lo llevara yo puesto, te quitaría un año de vida! A veces no es posible sacarlos del dedo antes de que hayan acabado con toda una vida.
Ella se soltó y se limpió las lágrimas.
—Quiero que vivas —susurró las palabras como si tuviera miedo de que la muerte la oyera y lo tomara como una provocación.

~Plato Fuerte~
Fuego
(Kristin Cashore)
—Vino a pedirme que le diera lecciones para protegerse la mente y dejó de pedirme que me casara con usted, las dos cosas al mismo tiempo —Fuego expresó así lo que pensaba —Lo hizo por amor a su hermano.
—Bueno, también le solté unos cuantos puñetazos, pero eso no es importante ni viene al caso —dijo con cierta timidez, bajando la vista.
—Usted sabe amar, sirve para ello —aseguró Fuego porque le parecía que era verdad —En cambio, a mí no se me da bien, soy como una criatura espinosa; aparto a todos los que amo.
Nash se encogió de hombros y contestó.
—Pues a mí no me importa que me apartes si ello significa que me quieres, hermanita.

~Postre~
Criadas y Señoras
(Kathryn Stockett)
—Miss Skeeter —me dice, muy seria —quiero colabora en lo de sus historias.
Me vuelvo y miro a Aibileen, que enarca las cejas, boquiabierta. Busco a la mujer, pero ya está saliendo por la puerta.
—Yo también quiero ayuda, Miss Skeeter —dice otra mujer, alta y delgaducha, con la misma cara de seriedad que la primera.
—Esto…Yo… Gracias —es lo único que acierto a decir.
—Y yo, Miss Skeeter. Me gustaría colabora con usté —comenta una mujer con un abrigo rojo que pasa apurada a mi lado sin apenas mirarme a los ojos.
A partir de la siguiente, empiezo a contar: cinco, seis, siete… Respondo con un gesto afirmativo y no se me ocurre nada más que decir gracias. Gracias, gracias a todas. Siento un alivio amargo, porque han tenido que detener a Yule May para conseguir esto.
Ocho, nueve, diez, once… Ninguna sonríe cuando me dice que quiere colaborar.

Con mis agradecimientos para Nea Poulain, por la idea para el ciclo de entradas "Tinta a la Carta".

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