sábado, 23 de agosto de 2014

Tinta a la Carta LXIII: Comida en cinco tiempos

~Aperitivo~
Los Reyes Malditos III. Los Venenos de la Corona
(Maurice Druon)
Causa una extraña impresión ver a un hombre, teniendo la casi plena seguridad de que antes de seis meses habrá muerto, y oírle hacer inútiles proyectos para un porvenir que probablemente no verá. «Si llega a noviembre…», se decía Martín. Porque aparte del temible paso de junio, el astrólogo había descubierto un segundo aspecto funesto […]. «Dos conjunciones fatales con seis meses de intervalo. Si verdaderamente engendra, la segunda coincidirá con el nacimiento del niño… De todas formas, tales cosas no pueden decirse.»
Sin embargo, antes de partir con la bolsa que el rey acababa de entregarle, Martín se creyó obligado a añadir:
—Señor, una palabra más para la conservación de vuestra salud. Cuidaos del veneno, sobre todo al declinar la primavera.

~Entrada~
Sáfico
(Catherine Fisher)
—El deseo está consumiendo a la Cárcel. Todo empezó con Sáfico, porque cuando se puso el Guante, la Cárcel y él pasaron a tener una sola mente. Sáfico contagió a Incarceron.
—¿Cómo? ¿Le transmitió una enfermedad?
—No, un deseo. Y el deseo puede convertirse en enfermedad, Claudia —la miraba con fijeza, mientras su imagen temblaba y se desvanecía para volver a formarse al instante —Tú también tienes parte de culpa, por habérselo descrito todo con tanto detalle. Ahora Incarceron arde de anhelo. Pues, a pesar de sus miles de Ojos, hay una cosa que no ha visto jamás, y que daría lo que fuera por ver.
—¿Qué? —preguntó la joven en un suspiro, aunque ya lo sabía.
—El Exterior —susurró él.

~Plato Fuerte~
Scarlett. La continuación de Lo que el viento se llevó de Margaret Mitchell
(Alexandra Ripley)
—¡Cat!
Rhett la sacudió.
—¡Olvídate! Una gatita no importa. ¿Dónde están los establos, Scarlett? Necesitamos caballos.
—¡No seas tonto! —exclamó Scarlett —Debo encontrar a Cat. A Katie O’Hara. Es tu hija.
Rhett apretó los brazos de Scarlett tan fuerte, que la lastimó.
—¿De qué demonios estás hablando? —la miró a la cara —Respóndeme, Scarlett —dijo, sacudiéndola.
—No hay tiempo para explicaciones. Todo eso no importa ahora —Scarlett intentó liberarse, pero él tenía mucha fuerza.
—Para mí sí es importante —su voz revelaba la urgencia por saberlo todo.

~Entremés~
Cazadores de Sombras 5. Ciudad de Almas Perdidas
(Cassandra Clare)
Alec le lanzó una mirada incrédula mientras salía del elevador.
—¿Todo se está yendo a la porra y tú quieres saber cómo va mi relación con Magnus?
—Siempre me ha sorprendido esa expresión —repuso Isabelle, pensativa, mientras corría detrás de su hermano por el pasillo. […] —¿Por qué una porra? ¿Qué es una porra, y qué tiene de especial para que haya que ir allí?
 —Magnus y yo estamos bien, supongo —contestó Alec, que había sido el parabatai de Jace durante el tiempo suficiente para aprender a prescindir de las tangentes en la conversación.

~Postre~
Parque Mansfield
(Jane Austen)
—¿Por qué no tienes hoy encendida la chimenea?
Había nieve afuera, y Fanny estaba con un chal. Vaciló.
—No tengo frío, señor. No suelo estar aquí mucho tiempo, en esta época del año.
—Pero ¿la tienes encendida normalmente?
—No, señor.
—¿Cómo es eso? Aquí debe haber un error. Tenía entendido que utilizabas esta habitación para estar cómoda. Sé que no tienes chimenea en tu dormitorio. Aquí hay un malentendido que hay que corregir. No te conviene nada estar aquí, aunque solo sea media hora al día, sin tener la chimenea encendida. No eres fuerte y sé que eres muy sensible al frío. Seguro que tu tía no sabe nada de esto.
Fanny hubiera preferido guardar silencio, pero dado que estaba obligada a hablar, no pudo abstenerse de decir, en justicia de la tía que más amaba, algo en lo que destacó la frase “mi tía Norris”.

(Con mis agradecimientos para Nea Poulain, por la idea del ciclo de entradas "Tinta a la Carta").

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