miércoles, 16 de marzo de 2016

Describiendo a... (CXL)

Título: Los relámpagos de agosto.

Autor: Jorge Ibargüengoitia.

Sinopsis: [...] Son las memorias del general José Guadalupe Arroyo [...]. En estas memorias se relatan sus aventuras durante la Revolución Mexicana y en los años posteriores, al tiempo que se conocen las peripecias de otros personajes de esa época. (Extracto de la contraportada de mi ejemplar).

Editorial de mi ejemplar: Fondo de Cultura Económica, del volumen 2 de la colección 18 para los 18.

¿Qué les puedo decir? Al principio, la colección 18 para los 18 no llamaba mi atención. En primera, porque no conocía ni a la mitad de los autores que la integraban; para seguir, había novelas allí que yo ya tenía y para terminar, cuando por fin me decidí a comprar la colección completa, ya no estaba disponible sino por ejemplares separados, y me llevó una eternidad completarla. Así, se me ocurrió echar en la Lata los títulos de cada novela, no un papelito por cada libro, por lo cual la primera novela que leo de la colección no es ni la primera de las 18 ni la primera de su ejemplar. Espero no haber confundido las cosas... (Bell rueda los ojos).

José Guadalupe Arroyo es considerado uno de los grandes generales de la Revolución. Y quien no lo vea así, al menos no niega sus hazañas y que sabe lo que hace. En un insólito intento de escribir parte de sus memorias, nos narra lo ocurrido con él desde que decidió ir a la capital a aceptar un puesto en el gobierno, hasta que sorpresivamente lo encierran y le forman consejo de guerra. Él es de esos hombres que no se arrepienten de la mayoría de sus acciones, asumiendo además que lo hecho, hecho está. Eso suele ayudarle, pero en lo que relata aquí, no es el común denominador.

La historia de mi propio país sé que tuvo momentos caóticos y personajes que, para bien o para mal, se veían extraordinarios e indignos a un tiempo. Debido a quien es el narrador, se ve la perspectiva de la gente que estaba en la cumbre del ejército en aquel entonces, militares curtidos que poco o nada creían en la política. De hecho, si recuerdo bien, la política en aquel entonces todavía era a base de trampas descaradas (mucho más descaradas que algunas actuales) y a veces, sangre. Es decir, actualmente pasan cosas parecidas, pero creo que por la época, la gente pasaba más a la acción... y no siempre era para bien.

Es entretenido pasmarse con la maraña de estrategias que hacen los generales para apoderarse del gobierno, aunque no siempre funcionen. Menos mal que esta obra es mera ficción.

Cuídense mucho y nos leemos a la próxima.

No hay comentarios:

Publicar un comentario